Francesco Mastrogiovanni falleció a los 58 años de edad tras pasar del 31 de julio al 4 de agosto de 2009 atado a una cama de hospital. Había ingresado involuntariamente, trasladado en ambulancia, sedado e inmovilizado desde la playa de un camping en Cilento al servicio de Psiquiatría del Hospital de Vallo della Lucania. La cineasta Constanza Quatriglio, con el consentimiento de los familiares de Francesco, creó un documental, “87 horas” de 40 minutos, que fue proyectado en el Senado italiano y difundido por la televisión estatal italiana RAI TV
klik hemen video ikusteko 87 ore: el calvario de Franco Mastrogiovanni - YouTube
Caso Mastrogiovanni, la carta. «Nos comportamos como salvajes cuando asistimos a Francesco»
Caso Mastrogiovanni, la
carta. «Nos comportamos como salvajes cuando asistimos a Francesco»
Salerno. Lunes 18 de Noviembre de 2019, de Carmela Santi
«Cometimos
una salvajada, no entendimos la petición de ayuda de Franco y lo arrebatamos a
vuestro cariño. Os expreso mi cercanía». A diez años de la muerte de Francesco
Mastrogiovanni, rompe el silencio uno de los enfermeros que lo tuvo en
tratamiento en la planta de Psiquiatría del Hospital San Luca de Vallo della
Lucania. Nicola Oricchio, hoy jubilado, dirige una larga carta a la hermana de
Francesco, Caterina Mastrogiovanni, y a su marido Vincenzo Serra. Recuerda lo
que ocurrió durante los días del ingreso del maestro de Castelnuovo Cilento
fallecido después de cuatro días de Tratamiento Sanitario Obligatorio.
Mastrogiovanni permaneció atado de pies y manos a una cama durante más de 80
horas sin ser alimentado ni hidratado. Además de a los seis médicos, el
Tribunal Supremo ha condenado también a los once enfermeros, que supuestamente
tienen la obligación de «proteger» a los pacientes y denunciar a la autoridad
competente malos tratos o privaciones, sobre todo de la libertad personal.
LA CARTA
«Siento
el deber de escribiros —dice Oricchio— para expresaros con profunda tristeza
mis condolencias y mi cercanía simbólica». Y continúa: «A lo largo de esta
década, la familia, el Comité por Francesco Mastrogiovanni, y en particular
vuestra hija Grazia, ejemplo de mujer combativa y tenaz, habéis luchado en
todos los foros posibles para que se estableciesen la verdad y la justicia y
para evitar que tragedias de este tipo pudiesen repetirse en el futuro, pero
Francesco murió en vano, porque hoy en día en las unidades de psiquiatría de
los hospitales italianos los usuarios ingresados en régimen de Tratamiento
Sanitario Obligatorio siguen muriendo por causa de la contención mecánica».
Oricchio recuerda esos días dramáticos: «Han pasado diez años desde ese 4 de
agosto de 2009, pero para mí es como si ese dramático acontecimiento hubiese
ocurrido ayer. Veo una y otra vez las imágenes, grabadas en mi memoria, de la
interminable tortura de Francesco, porque de eso se trató, y no de un
tratamiento asimilable a la tortura, y por ello os pido disculpas. Durante esos
días nosotros realizamos una salvajada que duró desde las 12.30 del 31 de mayo
hasta el 4 de agosto, y durante la cual se cometieron una cadena de errores y
una larguísima serie de delitos gravísimos en los que prevalecieron la inercia,
la dejadez y el laxismo. Se derrotó a la humanidad de la palabra renunciando al
cometido de una psiquiatría humana y cívica. Así contribuimos a matar a
Mastrogiovanni y yo acabé siendo un asesino».
Originalmente publicado en Il mattino el
18 de noviembre de 2019.